viernes, 8 de enero de 2010

Luna Sushi: Primera parte







El primer día de clases, como todos los días, se cantaba una canción mientras se izaba la bandera; y ese era un día como cualquier otro a los ocho años cuando vimos llegar a nuestro tercer integrante. Tenía el pelo muy lacio y negro, el flequillo recto, dos colitas hechas con margaritas de tela amarilla y los ojos rasgados. La miramos con curiosidad y un poco de desconfianza, como acostumbrábamos con los nuevos en su primer dia. Este es otro principio que no encuentro, pero una de las primeras cosas que me acuerdo es que nos gustaba aplastarle la cara y estirársela mientras cantábamos "soy cacique, soy cacique" haciendo voces de indio,también jugar al médico en los recreos y mientras yo le apretaba la panza Libertad le abría forzadamente un ojo para soplarle adentro...
Para estar en su casa hay que sacarse los zapatos en la entrada, por eso siempre hay que llevar medias buenas. Tiene lápices raros con dibujitos en coreano y la punta de todos es diferente porque tiene un sacapuntas especial en forma de casa, con una manija y una cajita para guardar la punta que yo nunca había visto. Hasta el agua en la heladera es distinta, de un color amarronado y con gusto a algas. Comen unas galletitas de masa blanca y blanda, con una especie de mermelada violeta adentro y hay tarros llenos de dientes de ajo en la cocina.
Jugábamos a dibujar letras en el aire con el culo y como compraban unas bolsas gigantes de maíz inflado con azúcar, hacíamos competencia para ver quién podía comer mas sin usar las manos. También comíamos fideos coreanos crudos con un polvito picante rojo como si fueran snacks, mientras mirábamos ranma 1/2 o algo en la tele y Luna cambiaba de canal con el pie. A veces hacíamos piyama party y nos quedábamos todas a dormir en unos sillones gigantes y rosas que habia en el living, pero al primer grito en coreano que se escuchaba a la mañana Luna venía y nos traducía "chicas, se tienen que ir". Siempre había iglesia los domingos y sólo cuando ya fui mas grande tuve el honor de ser invitada,aunque siempre me terminaba yendo dormida a mi casa para seguir hasta las dos de la tarde en mi cama.
Queríamos filmar la película de Pocahontas y Luna hacía del cacique que le pinta las manitos en el pecho a la gente diciendo alguna oración. Me acuerdo que practicando la coreografía de los "mineros" que quieren explotar las riquezas de la tierra (y en la película usaban palas) nosotras usamos en su lugar unas palas de la parrilla y alguien terminó con una cicatriz en la pera con la marca de la pala, por culpa de algún movimiento muy exigido y sacado de la coreografía.
Una de las primeras veces que me invitó a su casa me descompuse porque su mamá, Mia Sushi, estaba preparando pulpo y tuve que salir al balcón a tomar aire mientras mi mamá venía a buscarme.

5 comentarios:

  1. a mi me rompiero la pera con una pala, soretes!!!

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  2. jajaja fuiste vos sor!!! no me acordaba a quien le habian cagado la pera, pensaba que habia sido chula...
    nos vemos algun dia ya que estamos las dos en capital?

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  3. te amo chu, amé tu historia. besos besos

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